Revista Cubana de Medicina Intensiva y Emergencia. Vol. 17, suplemento. 1 (2018)
Guías de la Difficult Airway Society (DAS) para el Manejo de la Intubación Difícil no anticipada en Adultos
C. Frerk1, V.S. Mitchell2, A.F. McNarry3, C. Mendonca4, R. Bhagrath5, A. Patel6, E.P. O'Sullivan7, N.M. Woodall8, I. Ahmad9, Grupo de trabajo de las Guías de Intubación de la Difficult Airway Society.
1Department of Anaesthesia, Northampton General
Hospital, Billing Road, Northampton NN1 5BD, UK,
2Department of Anaesthesia and Perioperative Medicine, University
College London Hospitals NHS Foundation
Trust, 235 Euston Road, London NW1 2BU, UK,
3Department of Anaesthesia, NHS Lothian, Crewe Road South, Edinburgh
EH4 2XU, UK,
4Department of Anaesthesia, University Hospitals Coventry &Warwickshire
NHS Trust, Clifford Bridge Road, Coventry CV2 2DX, UK,
5Department of Anaesthesia, Barts Health, West Smithfield, London
EC1A 7BE, UK,
6Department of Anaesthesia, The Royal National Throat Nose and Ear
Hospital, 330 Grays Inn Road, London WC1X 8DA, UK,
7Department of Anaesthesia, St James’s Hospital, PO Box 580, James’s
Street, Dublin 8, Ireland,
8Department of Anaesthesia, The Norfolk and Norwich University Hospitals
NHS Foundation Trust, Colney Lane, Norwich NR4 7UY, UK, and
9Department of Anaesthesia, Guy’s and St Thomas’ NHS Foundation Trust,
Great Maze Pond, London SE1 9RT, UK
*Correspondencia a: E-mail: chris.frerk@ngh.nhs.uk
British Journal of Anaesthesia 2015; 115(6):827-48
Versión en Español: Dr. Ricardo Urtubia V., Msc, miembro de la DAS Nº F0022 desde 2003, por encargo del Dr. Barry McGuire, Secretario General de la DAS. Versión publicada con autorización. E-mail: ricardo.urtubia@gmail.com
RESUMEN
Estas guías proporcionan una estrategia para el manejo de la vía aérea difícil no anticipada con intubación traqueal. Están fundamentadas en la evidencia publicada. Sin embargo, en ausencia de evidencia, han sido formuladas por opiniones de miembros de la DAS y basadas en la opinión de expertos. Estas guías han recogido los avances en la comprensión del manejo de crisis; enfatizan el reconocimiento y declaración de la presencia de dificultad en el manejo de la vía aérea. Ahora, un solo algoritmo simplificado abarca las dificultades no anticipadas y la intubación en secuencia rápida.
La preparación para la intubación fallida debe formar parte de las instrucciones antes de la inducción anestésica, particularmente para la cirugía de urgencia. Se ha puesto énfasis en la evaluación, preparación, posicionamiento, preoxigenación, mantención de la oxigenación y en reducir la ocurrencia de lesiones derivadas de las intervenciones sobre la vía aérea. Se recomienda limitar en lo posible las intervenciones, y que las técnicas "a ciegas" usando un "bougie" o a través de dispositivos supraglóticos (DSG) sean reemplazadas por intubación guiada con dispositivos con video o con fibra óptica.
Si la intubación traqueal falla, se recomienda usar DSG para proveer un método de oxigenación mientras se reevalúa cómo proceder. Se recomienda usar DSG de segunda generación, pues tienen ventajas sobre los de primera generación. Cuando tanto la intubación traqueal y los DSG han fracasado, despertar al paciente es la opción por defecto. Si en esta situación la ventilación con máscara facial en presencia de relajación muscular es imposible, se debe proceder a realizar una cricotirotomía inmediatamente. Se prefiere la cricotirotomía con bisturí como la técnica de rescate de elección y debe ser practicada por todos los anestesiólogos. Los planes delineados están diseñados para ser simples y fáciles de seguir. Deben ser ensayados regularmente y deben ser familiares para todo el equipo.
La práctica clínica ha cambiado desde la publicación de las guías originales de la DAS para el manejo de la intubación difícil en 20041. El 4º Proyecto de Auditoría Nacional del Colegio Real de Anestesistas y la DAS (NAP4) proporciona información detallada acerca de los factores que contribuyen a los malos resultados asociados con el manejo de la vía aérea y destaca deficiencias relacionadas con la toma de decisiones, la comunicación, la planificación, el equipamiento y el entrenamiento2.
Se ha introducido nuevos agentes farmacológicos y videolaringoscopios, y nuevas investigaciones se han enfocado en la extensión de la duración de la apnea sin desaturación, mejorando la preoxigenación y optimizando la posición del paciente. Estas guías actualizadas proporcionan una serie de planes secuenciales a usar cuando falla la intubación traqueal y están diseñados para priorizar la oxigenación y limitar el número de intervenciones sobre la vía aérea para reducir la incidencia de trauma y complicaciones (Fig. 1).
Se mantiene válido el principio de que los anestesistas deben tener un plan de respaldo antes de efectuar alguna técnica. Existen guías separadas para la intubación difícil en anestesia pediátrica, obstétrica y para la extubación3-5.
Estas guías están dirigidas a la intubación difícil no anticipada. Cada paciente debe tener una evaluación de la vía aérea antes de la cirugía para planificar todos los aspectos del manejo de la vía aérea, incluyendo los accesos cervicales. El espíritu de las guías es proporcionar una respuesta estructurada a un problema clínico potencialmente riesgoso para la vida. Toma en cuenta la práctica habitual y los avances recientes. Cada evento adverso es único.
El resultado dependerá de la comorbilidad del paciente, de la urgencia del procedimiento, de las habilidades del anestesista y de los recursos disponibles2,6. Se supone que los anestesistas no trabajan de manera aislada y que el rol del asistente de anestesia es importante en el resultado de una crisis de vía aérea7. Las decisiones acerca de las mejores alternativas en un evento de dificultad deben ser tomadas y discutidas con el asistente de anestesia antes de la inducción anestésica.
Estas guías reconocen las dificultades en la toma de decisiones durante el transcurso de una emergencia. En ellas se incluyen pasos para ayudar al equipo anestesiológico para tomar las decisiones correctas, limitando el número de intentos de manipulación de la vía aérea, fomentando la declaración de fracaso utilizando un DSG, aún cuando sea posible ventilar al paciente con una máscara facial, y con la recomendación explícita de tomarse un tiempo para detenerse a pensar acerca de cómo proceder.
Se ha intentado identificar las competencias esenciales y las técnicas que tengan la mayor probabilidad de éxito. Los anestesistas y los asistentes de anestesia que utilicen estas guías deben estar familiarizados con los equipos y técnicas descritas. Esto puede requerir la adquisición de nuevas habilidades y de práctica regular, aún para los anestesistas experimentados.
Métodos
La DAS encomendó a un grupo de trabajo para que actualizara las guías en abril de 2012. Se inició una primera búsqueda de la literatura entre enero de 2002 y junio de 2012 usando bases de datos (Medline, Pubmed, Embase y Ovid) y un motor de búsqueda (Google Scholar). También se buscó guías sobre manejo de la vía aérea en los sitios de internet de:
- la Sociedad Americana de Anestesiólogos (http://www.asahq.org),
- el Colegio de Anestesistas de Australia y Nueva Zelandia (http://www.anzca.edu.au),
- la Sociedad Europea de Anestesiólogos (http://www.esahq.org/euroanaesthesia),
- la Sociedad Canadiense de Anestesiólogos (http://www.cas.ca),
y
- la Sociedad Escandinava de Anestesiología y Medicina Intensiva (http://ssai.info/guidelines).
Se identificó los artículos en inglés y los resúmenes de publicaciones usando palabras clave y filtros. Los términos buscados fueron: "Catéter de intubación Aintree", "Airtraq", "dispositivo de vía aérea", "emergencia de vía aérea", "manejo de vía aérea", "Ambu aScope", "presión hacia atrás arriba y a la derecha", "Bonfils", "Bullard", "broncoscopía", "maniobra BURP", "no puedo intubar no puedo ventilar", "no puedo intubar no puedo oxigenar", "C-Mac", "Combitubo", "presión cricoidea", "cricotiroidotomía", "cricotirotomía", "Ctrach", "vía aérea difícil", "intubación difícil", "laringoscopía difícil", "ventilación difícil con máscara", "ventilación difícil", "intubación endotraqueal", "intubación esofágica", "estilete de Eschmann", "intubación fallida", "Fastrach" (máscara laríngea intubadora - ML Fastrach), "fibroscopio", "intubación fibroscópica", "estilete fibroscópico", "catéter Frova", "Glidescope", "bujía elástica de goma" ("bougie"), "hipoxia", "i-gel", "estilete iluminado", "bastón de luz", "máscara laríngea Supreme" (ML Supreme), "Manujet", "McCoy", "McGrath", "intubación nasotraqueal", "obesidad", "detector esofágico", "visor Pentax", "máscara laríngea Proseal" (ML Proseal), "Quick-trach", "rampa", "inducción en secuencia rápida", "cánula de Ravussin", "inyector Sanders", "estilete Shikani", "sugammadex", "vía aérea supraglótica", "suxametonio", "introductor traqueal", intubación traqueal", "Trachview", "Truview", "introductor de tubo", "Venner APA", "videolaringoscopio" y "video-laringoscopía".
La búsqueda inicial arrojó 16.590 resúmenes. Usando los mismos términos, las búsquedas se repitieron cada 6 meses. En total se compilaron 23.039 resúmenes, los que fueron clasificados según relevancia por el grupo de trabajo. Se revisaron 971 textos completos. Se recopilaron otros textos entrecruzando las referencias y por búsqueda a mano. Cada uno de los artículos relevantes fue revisado por al menos dos miembros del grupo de trabajo.
En áreas en las que la evidencia era insuficiente para recomendar técnicas particulares, se consideró y revisó la opinión de expertos8. El ejemplo más notable se produjo al revisar las técnicas de rescate para la situación "no puedo intubar-no puedo oxigenar" (NPI-NPO). Se consideró la opinión de miembros de la DAS en todo el proceso.
Se realizaron presentaciones en los Encuentros Científicos Anuales de la DAS en 2013 y 2014, y se invitó a miembros a responder una encuesta en línea acerca de las áreas en las que las guías existentes necesitaban de actualización. Con la misma metodología usada en las guías de extubación, se hizo circular un borrador de las guías entre un grupo seleccionado de miembros de la DAS y de expertos internacionales reconocidos para recoger sus opiniones. Toda la correspondencia fue revisada por el grupo de trabajo.
Descargos
No se pretende que estas guías constituyan un estándar de práctica mínimo, ni que las mismas se consideren como un sustituto del buen juicio clínico.
Factores Humanos
Se consideraron aspectos de los factores humanos que pudieran haber contribuido
a los resultados adversos en 40% de los casos reportados en el informe NAP4;
sin embargo, un análisis más profundo de un subgrupo de pacientes identificó
la influencia de factores humanos en cada caso. Flin y colaboradores9
identificaron elementos latentes (mala comunicación, poco entrenamiento, pobre
trabajo en equipo, deficiencias en el equipamiento, y sistemas y procesos
inadecuados) que predispusieron a perder la conciencia de la situación y que
llevó a una mala toma de decisiones, como precursor de la generación de errores.
La adopción de las guías y la voluntad profesional para seguirlas no son suficientes por sí mismas para evitar complicaciones graves del manejo de la vía aérea durante la anestesia. Todos los casos reportados por el NAP4 ocurrieron a pesar de la amplia difusión que tuvieron las guías originales de la DAS, que fueron publicadas en 2004. Las complejidades del manejo de la vía aérea no pueden ser delineadas en un simple algoritmo, ni aún cuando los mejores equipos anestesiológicos apoyados por las mejores guías se esfuercen para actuar de la mejor manera, si los sistemas en los cuales operan son defectuosos10. Las guías 2015 reconocen esto.
Durante una crisis, es frecuente que se cuente con mucha más información que la que puede ser procesada11. Esta sobrecarga cognitiva deteriora la toma de decisiones y puede hacer que los clínicos pierdan la visión global y se focalicen sólo en un aspecto particular, tal como la intubación o el uso de un DSG. Estas guías proporcionan instrucciones explícitas para que el equipo "pare y piense", de modo que se reduzca este riesgo.
Recientemente se ha discutido el impacto de la mala toma de decisiones debida a errores cognitivos y de los factores humanos en el manejo de emergencia de la vía aérea12. Cada vez más frecuentemente se están usando las ayudas cognitivas durante una emergencia13; por ejemplo, la estrategia Vortex ha sido ideada para apoyar la toma de decisiones durante el manejo de la vía aérea difícil14. Los algoritmos que acompañan estas guías pretenden ser herramientas de enseñanza y aprendizaje, y no han sido diseñadas específicamente para ser usadas como una receta durante una crisis de vía aérea.
Para que cualquier plan funcione bien durante una emergencia, debe ser conocido por todos los miembros del equipo y debe haber sido ensayado previamente. Para eventos infrecuentes como la situación NPI-NPO, estos ensayos pueden realizarse con técnicas de simulación, tal como han sido incluidas en los requerimientos profesionales de desarrollo del Colegio Australiano y Neozelandés de Anestesistas15,16. Esto también permite el desarrollo de habilidades no-técnicas, tales como el liderazgo, la coordinación de equipo, la comunicación, y la comprensión de roles compartidos, lo cual ha demostrado que mejora el desempeño de los equipos de cuidados intensivos y de trauma17,18.
La comunicación estructurada entre los anestesiólogos y los asistentes de anestesia podría ayudar a prepararse y a enfrentar las dificultades en el manejo de la vía aérea. Conversar antes de enfrentar al siguiente paciente, o al menos antes de comenzar con la lista de pacientes, de cómo manejar las dificultades, constituye una buena práctica. Como mínimo, esto incluye pensar acerca de los desafíos que podrían enfrentarse y revisar que el equipamiento adecuado esté presente.
Si el manejo de la vía aérea se hace difícil después de la inducción anestésica, una declaración explícita de la falla al final de cada plan puede facilitar la progresión a lo largo de la estrategia de manejo. El uso de una herramienta de comunicación estructurada, tal como el acrónimo "EADE" (Esclarecer, Alerta, Desafío, Emergencia), puede ayudar la comunicación de las preocupaciones cuando la sobrecarga cognitiva y las barreras jerárquicas podrían dificultarla19.
Nuestra profesión debe seguir reconociendo y considerar el impacto de los factores ambientales, técnicos, psicológicos y fisiológicos en nuestro desempeño. Los factores humanos a nivel individual, de equipo y organizacional requieren ser considerados para permitir que estas guías 2015 sean todo lo efectivas que deben ser.
Evaluación preoperatoria y Planificación
El manejo de la vía aérea es más seguro cuando se identifica los potenciales
problemas antes de la cirugía, permitiendo la adopción de una estrategia para
enfrentarlos, una serie de planes orientados a reducir el riesgo de complicaciones2.
La evaluación preoperatoria de la vía aérea debe realizarse rutinariamente
en todos los pacientes para identificar los factores que podrían llevar a
dificultades con la ventilación con máscara facial, con la inserción de un
DSG, con la intubación traqueal o con el acceso cervical de la vía aérea.
La predicción de la dificultad en el manejo de la vía aérea no es completamente confiable20-22, por lo que el anestesista debe tener preparada una estrategia antes de la inducción anestésica, y esta debe ser discutida durante la fase de instrucciones del equipo y durante la realización de la "lista de chequeo" de la Organización Mundial de la Salud (OMS)23,24.
La evaluación del riesgo de aspiración es un componente clave de la planificación del manejo de la vía aérea. Antes de la cirugía se debe tomar medidas para reducir el volumen y el pH del contenido gástrico mediante el ayuno y la administración de drogas. Se debe considerar el drenaje mecánico del contenido gástrico a través de sondas gástricas, de modo de reducir el volumen gástrico residual en pacientes con retardo severo del vaciamiento gástrico u obstrucción intestinal2.
Inducción en Secuencia Rápida (ISR)
El posicionamiento de un tubo con balón de neumotaponamiento en la tráquea ofrece la mejor protección contra la aspiración. El suxametonio (succinilcolina) es el agente bloqueador neuromuscular tradicional de elección debido a que su rápido inicio de acción permite una intubación sin la necesidad de ventilación con bolsa-máscara.
Diversos estudios han comparado el suxametonio con el rocuronio para la ISR y aunque algunos han reportado mejores condiciones de intubación con el suxametonio, otros han mostrado que con dosis de rocuronio de 1,2 mg kg-1 el inicio de acción y las condiciones de intubación son comparables25-30. Las fasciculaciones inducidas por suxametonio aumentan el consumo de oxígeno durante la apnea, lo cual puede ser relevante en caso de obstrucción de la vía aérea31,32.
Otra ventaja del rocuronio puede ser la posibilidad de antagonizar su efecto con sugammadex30, aunque debe recordarse que no garantiza la permeabilidad de la vía aérea o el retorno de la ventilación espontánea33,34. Si la antagonización rápida del rocuronio con sugammadex forma parte del plan, debe disponerse de la dosis correcta (16 mg kg-1)35-36.
Se aplica la presión cricoidea (PC) para proteger la vía aérea de la contaminación durante el período entre la pérdida de conciencia y el posicionamiento de un tubo traqueal con balón. Este es un componente estándar de la ISR en el Reino Unido (RU)37. A menudo se desestima que está demostrado que la PC previene la distensión gástrica durante la ventilación con máscara facial y que originalmente fue descrita para este propósito38,39.
La ventilación suave con máscara facial después de aplicar PC, y antes de la intubación traqueal, prolonga el tiempo de desaturación. Esto es particularmente útil en pacientes con poca reserva respiratoria, sepsis o requerimientos metabólicos elevados, y también proporciona un signo precoz de facilidad de la ventilación. La PC aplicada con una fuerza de 30 Newton (N) proporciona una buena protección de la vía aérea, al mismo tiempo que minimiza el riesgo de obstrucción de la misma, aunque es mal tolerada por el paciente despierto40.
La PC debe ser aplicada con una fuerza de 10 N cuando el paciente está despierto, aumentando a 30 N al momento de perder la conciencia41,42. Aunque la aplicación de la PC crea una barrera física al paso de contenido gástrico, se ha demostrado que reduce el tono del esfínter esofágico inferior, posiblemente facilitando la regurgitación43,44. La evidencia actual sugiere que, si la PC se aplica correctamente, puede mejorar la laringoscopía directa45. Sin embargo, hay muchos reportes que demuestran que a menudo es mal aplicada y esto puede hacer que tanto la ventilación con máscara facial, la laringoscopía directa o la inserción de un DSG sean más difíciles46-52.
Si los intentos iniciales de laringoscopía son difíciles durante la ISR, se debe liberar la PC. Esto debe hacerse manteniendo la visión con el laringoscopio y con un sistema de aspiración listo, para que en el evento de una regurgitación se vuelva a aplicar inmediatamente la PC41. Los DSG de segunda generación ofrecen una mejor protección contra la aspiración que los DSG de primera generación y se recomiendan si la intubación falla durante la ISR.
Plan A. Ventilación con máscara facial e intubación traqueal
La esencia del Plan A (Tabla 1) es maximizar la probabilidad de intubación exitosa al primer intento o, en caso de falla, limitar el número y duración de los intentos de laringoscopía con el objeto de prevenir el trauma sobre la vía aérea y la progresión a la situación NPI-NPO. Todos los pacientes deben ser posicionados y preoxigenados de manera óptima antes de la inducción anestésica. El bloqueo neuromuscular facilita la ventilación con máscara facial53,54 y la intubación traqueal.
Cada intento de laringoscopía e intubación tiene la potencialidad de producir trauma. Un intento subóptimo es un intento inútil y, al fallar, la posibilidad de éxito disminuye con cada intento posterior55,56. Los intentos repetidos de intubación pueden reducir la probabilidad de rescate usando un DSG57. Estas guías recomiendan un máximo de tres intentos de intubación, aunque un cuarto intento por un operador más experimentado es aceptable. En este momento debe declararse fallida la intubación e implementarse el Plan B.
Posición
La posición adecuada del paciente mejora la posibilidad de éxito con la laringoscopía
e intubación. En la mayoría de los pacientes, la mejor posición para la laringoscopía
directa con una pala tipo Macintosh se obtiene con el cuello flexionado y
la cabeza extendida a nivel de la articulación atlanto-occipital; es decir,
la "posición de olfateo" clásica58-60.
En el paciente obeso, la posición "en rampa" se debe usar rutinariamente
para obtener el alineamiento horizontal del meato auditivo externo y la horquilla
esternal porque mejora la laringoscopía directa61-64. Esta posición
mejora la permeabilidad de la vía aérea y la mecánica respiratoria, y facilita
la oxigenación pasiva durante la apnea65,66.
Preoxigenación y técnicas apneicas para mantener la oxigenación
Todos los pacientes deben ser preoxigenados antes de la inducción de anestesia
general67. Se puede obtener la desnitrogenación con un flujo de
oxígeno de 100 % en el sistema respiratorio, manteniendo un sello efectivo
con la máscara facial68 hasta que la fracción de oxígeno al final
de la espiración sea de 0,87 - 0,969. Se han descrito muchas otras
técnicas de preoxigenación70-79.
La preoxigenación aumenta la reserva de oxígeno, retarda la aparición de hipoxia y da más tiempo para la laringoscopía, intubación traqueal65,69 y para una vía aérea de rescate si la intubación falla. En adultos sanos, la duración de la apnea sin desaturación (definida como el intervalo de tiempo entre el inicio de la apnea y el momento en que la saturación de oxígeno capilar periférico alcanza un valor menor a 90 %), se limita a 1 - 2 minutos si respira aire ambiental, pero puede extenderse a 8 minutos con preoxigenación69.
Se ha demostrado que elevar la cabeza 20 - 25º 80,81 y una presión continua de oxígeno sobre la vía aérea retarda la aparición de hipoxia en pacientes obesos82-84. Se puede prolongar la duración de la apnea sin desaturación con técnicas de oxigenación pasiva durante el período de apnea (oxigenación apneica). Esto se consigue aportando un flujo de 15 litros min-1 de oxígeno a través de una cánula nasal, aunque puede ser inconfortable para un paciente despierto65,85,86.
Se ha demostrado que la estrategia de “oxigenación nasal durante los esfuerzos por asegurar un tubo” (traducido del acrónimo en inglés NODESAT - Nasal Oxygenation During Efforts of Securing A Tube) puede extender el tiempo de apnea en pacientes obesos y en pacientes con vía aérea difícil87. El aporte de oxígeno transnasal en flujo alto y humidificado – THRIVE, Transnasal Humidified Rapid Insufflation Respiratory Excgange – (hasta 70 litros min-1) usando una cánula nasal especial ha mostrado prolongar el tiempo de apnea en pacientes obesos y en pacientes con vía aérea difícil88, aunque no se ha evaluado completamente su eficacia como método de preoxigenación89,90.
La oxigenación apneica es un área de investigación reciente, acerca de la cual se espera la obtención de nueva evidencia. Se recomienda la administración de oxígeno usando una cánula nasal además de la preoxigenación estándar y la ventilación con máscara facial en pacientes de alto riesgo.
Elección del agente hipnótico
Se debe seleccionar el agente hipnótico de acuerdo con la condición clínica
del paciente. El Propofol, el hipnótico más frecuentemente usado en el RU,
suprime los reflejos laríngeos y proporciona mejores condiciones para el manejo
de la vía aérea que otros agentes91-93. El 5º Proyecto de Auditoría
Nacional del Colegio Real de Anestesistas (NAP5) destaca la relación entre
el manejo de la vía aérea difícil y la vigilia intraoperatoria (del inglés
"awareness")94. Es importante asegurar que el paciente
esté adecuadamente anestesiado durante los intentos repetidos de intubación.
Bloqueo neuromuscular
Si la intubación es difícil, los intentos posteriores no deben hacerse sin
bloqueo neuromuscular. El bloqueo neuromuscular suprime los reflejos laríngeos,
aumenta la distensibilidad torácica y facilita la ventilación con máscara
facial53,54,95. Se debe asegurar que exista bloqueo neuromuscular
completo si se enfrenta cualquier dificultad con el manejo de la vía aérea96.
El rocuronio tiene un inicio de acción rápido y se puede antagonizar inmediatamente
con sugammadex, aunque la incidencia de anafilaxia puede ser mayor que con
otros bloqueadores neuromusculares no-depolarizantes97-99.
Ventilación con máscara facial
Tan pronto sea posible después de la inducción anestésica se debe iniciar
la ventilación con máscara facial con oxígeno al 100 %. Si se encuentra alguna
dificultad se debe optimizar la posición de la vía aérea utilizando las maniobras
de apertura de la vía aérea tales como la elevación del mentón o el avance
mandibular. Se debe considerar el uso de las vías aéreas oral y nasofaríngea,
además de una técnica de ventilación a cuatro manos (dos personas o ventilación
mecánica controlada por presión)100. La "posición de olfateo"
aumenta el espacio faríngeo y mejora la ventilación con máscara facial101.
La anestesia superficial o el inadecuado bloqueo neuromuscular pueden hacer
más difícil la ventilación con máscara facial102,103.
Elección del laringoscopio
La elección del laringoscopio influye en la posibilidad de éxito de la intubación
traqueal. Los videolaringoscopios ofrecen una mejor visión comparados con
la laringoscopía directa convencional, y constituyen ahora la primera elección
o los dispositivos por defecto para algunos anestesiólogos104-113.
Se requiere la práctica regular para asegurar que la visión mejorada se traduzca
en una intubación traqueal exitosa. Todos los anestesiólogos deben estar entrenados
en su uso y deben tener acceso inmediato a un videolaringoscopio115.
Algunos operadores expertos en el uso del fibroscopio flexible o de estiletes ópticos, tales como el Bonfils (Karl Storz), Shikani (Clarus Medical), o Levitan FPS scopeMR (Clarus Medical)116-122, pueden preferirlos. La primera y la segunda elección del laringoscopio estará determinada por la experiencia y entrenamiento del anestesiólogo.
Selección del tubo traqueal
Se debe seleccionar el tubo traqueal de acuerdo con la naturaleza del procedimiento
quirúrgico, y sus características puede influir en la facilidad de la intubación.
Un tubo pequeño es más fácil de insertar en la tráquea porque durante su paso
entre las cuerdas vocales, permite mantener una mejor visión de la glotis.
Los tubos más pequeños también producen menos trauma123.
El atascamiento del tubo a nivel de los cartílagos aritenoides es un problema que presentan los tubos que tienen un bisel orientado hacia la izquierda, y se produce especialmente cuando se avanza el tubo enhebrado en un "bougie", un fibroscopio o un estilete124,125. Este problema se puede solucionar rotando el tubo en el sentido antihorario para cambiar la orientación del bisel o precargando el tubo para que el bisel se oriente hacia posterior, lo cual reduce el espacio entre el fibroscopio y el tubo durante la intubación fibroscópica125-127.
Tubos “encapuchados”, romos o con extremo distal flexible, tales como el tubo Parker Flex-TipTM (Parker Medical), y los que vienen con la máscara laríngea intubadora® (Teleflex Medical Europe Ltd.) han sido diseñados para intentar evitar este problema128-132.
Laringoscopía
En estas guías se define un intento de laringoscopía como la inserción de
un laringoscopio en la cavidad oral. Cada intento debe ser efectuado bajo
condiciones óptimas debido a que los intentos repetidos de laringoscopía e
instrumentación de la vía aérea se asocian con malos resultados y con el riesgo
de conducir a la situación NPI-NPO56,133-136.
Si se encuentra dificultad, se debe pedir ayuda precozmente sin relación con el nivel de experiencia del anestesiólogo. Si la intubación es difícil, se aconseja no repetir el mismo procedimiento a menos que se introduzca alguna modificación que pueda mejorar la posibilidad de éxito. Entre estas modificaciones se incluyen la posición del paciente, el dispositivo de intubación o la hoja, coadyuvantes como introductores o estiletes, profundidad del bloqueo neuromuscular y el personal. Se debe limitar los intentos de laringoscopía a un máximo de tres. Se puede hacer un cuarto intento sólo por el colega más experimentado.
Manipulación externa de la laringe
La manipulación externa de la laringe, realizada por el anestesiólogo con
su mano derecha, o la maniobra BURP (acrónimo en inglés Back-Up-Right-Pressure,
traducida como “presión hacia atrás, hacia arriba y hacia la derecha del cartílago
tiroides”) pueden mejorar la laringoscopía137-142. Un beneficio
del videolaringoscopio es que el asistente del anestesiólogo también puede
ver los efectos de la manipulación laríngea143.
Uso de un "bougie" o estilete
El "gum-elastic-bougie" es un dispositivo ampliamente usado para
facilitar la intubación traqueal cuando se encuentra una laringoscopía directa
grado 2 o 3a144-146. La maniobra de preformar el "bougie"
facilita la intubación147. También puede ser útil cuando se utiliza
un videolaringoscopio148,149. La inserción del "bougie"
a ciegas se asocia con trauma y no se recomienda en la laringoscopía grado
3b o 4150-155.
Durante la inserción del "bougie", el signo de detención de su avance puede significar su entrada en un bronquio pequeño156, pero se ha asociado este signo con riesgo de perforación y trauma, especialmente con los "bougies" de un solo uso153,157-159. Una fuerza de pequeña magnitud como 0.8 N puede producir trauma153. Las características de los "bougies" son diversas, lo que puede afectar su desempeño153.
Una vez que el "bougie" está dentro de la tráquea se debe mantener el laringoscopio inserto en la boca del paciente, lo cual aumenta la posibilidad de intubación exitosa129. Los videolaringoscopios sin canal y con hojas anguladas requieren del uso de un estilete preformado o de un "bougie" para ayudar al paso del tubo a través de las cuerdas160-163. Cuando se usa un videolaringoscopio, se debe introducir la punta del tubo en la orofaringe bajo visión directa debido que de lo contrario existe riesgo de trauma sobre la vía aérea163-167.
Intubación traqueal y confirmación
Generalmente, la dificultad con la intubación traqueal es el resultado de
una mala visión laríngea, aunque otros factores tales como alteraciones del
tubo pueden entorpecer su entrada en la tráquea. Una vez que se ha logrado
la correcta intubación traqueal, es imprescindible confirmar su posición dentro
de la tráquea. Esto incluye la confirmación visual de que el tubo está entre
las cuerdas vocales, la expansión torácica bilateral, la auscultación pulmonar
y la capnografía.
El estándar de oro para confirmar la ventilación de los pulmones es la presencia de una curva capnográfica continua con cifras normales de CO2 espirado. En todo lugar donde un paciente requiera anestesia debe haber un capnógrafo2,168. La ausencia de CO2 espirado indica falla de la ventilación de los pulmones, lo cual puede ser el resultado de una intubación esofágica o de la obstrucción completa de la vía aérea (raro, broncoespasmo completo)2. En esas circunstancias, lo más seguro es asumir que el tubo está en el esófago. El uso de la videolaringoscopía, el examen fibroscópico o el ultrasonido pueden ser útiles para verificar que el tubo esté posicionado correctamente169-171.
Plan B. Mantención de la oxigenación: inserción de dispositivos
supraglóticos
En estas guías (Fig. 2), el énfasis del Plan B (Tabla
2) se relaciona con mantener la oxigenación mediante el uso de un DSG.
El posicionamiento exitoso de un DSG brinda la oportunidad de detener las
maniobras y pensar entre diferentes alternativas: despertar al paciente, hacer
un nuevo intento de intubación, continuar la anestesia sin intubar la tráquea
o, menos frecuentemente, proceder directamente a una traqueostomía o cricotirotomía.
Si no es posible oxigenar a través de un DSG después de un máximo de tres
intentos, se debe proceder con el Plan C.
Selección y posicionamiento del dispositivo supraglótico
Como no siempre se puede predecir la dificultad con la intubación, todos los
anestesiólogos deben tener un plan bien pensado y diseñado para esta eventualidad.
La decisión de cuál DSG usar para el rescate de la vía aérea debe tomarse
antes de la inducción anestésica, y la decisión debe basarse en la situación
clínica, la disponibilidad de los dispositivos y la experiencia del operador.
El estudio NAP4 identificó las ventajas potenciales de los DSG de segunda generación en el rescate de la vía aérea y recomendó que todos los hospitales tengan estos dispositivos disponibles tanto para uso rutinario como para el rescate de la vía aérea2. La competencia y pericia en la inserción de cualquier DSG requiere entrenamiento y práctica172-176. Todos los anestesiólogos deben estar entrenados en el uso de estos dispositivos y tener acceso inmediato a alguno de ellos.
Presión cricoidea e inserción de dispositivos supraglóticos
La presión cricoidea disminuye el espacio hipofaríngeo177 e impide
la inserción y posicionamiento de los DSG, tanto de primera como de segunda
generación178-181. Durante el Plan A, si la laringoscopía fue difícil,
se debe liberar la presión cricoidea (en ausencia de regurgitación) durante
la inserción de un DSG.
Dispositivos supraglóticos de segunda generación
Se ha argumentado que los DSG de segunda generación debieran usarse rutinariamente
debido a su mayor eficacia comparada con los DSG de primera generación182.
Se han descrito varios DSG183-191 de segunda generación y es muy
posible que, durante la vigencia de estas guías, otros muchos aparecerán.
Los atributos ideales de un DSG para el rescate de la vía aérea son: posicionamiento
al primer intento, alta presión de sellado, separación de los tractos respiratorio
e intestinal, y compatibilidad de dispositivos que permitan la intubación
traqueal guiada por fibra óptica.
Estos atributos están combinados de manera variable en los diferentes dispositivos182. De todos aquellos disponibles, sólo el i-gelTM (Intersurgical, Wokingham, UK), la ML ProsealTM (PLMA; Teleflex Medical Europe Ltd, Athlone, Ireland) y la ML Supreme™ (SLMA; Teleflex Medical Ltd) tienen estudios longitudinales a gran escala192-195, revisiones de la literatura196 o metanálisis en adultos197-200 que respaldan su uso. Otros estudios han comparado los DSG de segunda generación201-224, pero es importante considerar que la experiencia del operador con el dispositivo también es determinante en el éxito de la inserción225.
Limitar el número de intentos de inserción
Los intentos repetidos de inserción de un DSG aumentan la probabilidad de
trauma sobre la vía aérea y puede retardar la decisión de aceptar el fracaso.
Esto puede derivar en el retraso en decidir usar otra técnica alternativa
para mantener la oxigenación. El posicionamiento exitoso es más probable en
el primer intento. En una serie de casos, el éxito de inserción con ML Proseal™
fue 84,5 % en el primer intento, disminuyendo a 36 % en el cuarto intento193.
En la serie de Goldmann y colaboradores194, sólo el 4,2 % de los dispositivos fue insertado en el tercer y cuarto intento. Tres estudios reportaron que un tercer intento de inserción aumenta la tasa de éxito global más de 5 %; sin embargo, uno de ellos fue realizado por operadores que tenían una experiencia mínima, y los otros dos usaron la máscara Baska® (Baska Versatile Laryngeal Mask, Pty Ltd, Strathfield, NSW, Australia)189,214,226.
El cambio a un DSG alternativo ha probado ser éxitoso192,193,211,216,218,223,224. Se recomienda un máximo de tres intentos de inserción de un DSG; dos con el DSG de segunda generación preferido y otro intento con un alternativo. En uno de los intentos se incluye el cambio de tamaño del DSG. También, los DSG puedan fallar227,228. Si no ha sido posible lograr la oxigenación después de tres intentos, se debe proceder con el Plan C.
Posicionamiento guiado del dispositivo supraglótico
Se ha descrito el posicionamiento de la ML Proseal guiado por un "bougie"
como método para mejorar la inserción al primer intento229. En
estudios comparativos la técnica guiada por "bougie" mostró una
efectividad de 100% en lograr la inserción al primer intento y fue más eficaz
que la inserción digital o usando el dispositivo introductor230,231.
El posicionamiento guiado por "bougie" produce un mejor alineamiento de la apertura de drenaje y una mejor visión fibroscópica de las cuerdas vocales a través de la ML Proseal, comparado con el método que utiliza el introductor232. En estos estudios se excluyó a los pacientes con historia de intubación difícil o dificultad anticipada, por lo que no queda claro cuán efectiva es esta técnica en estos casos. Esta técnica también se ha usado con éxito en pacientes con collar de inmovilización233, aunque se excluyó del estudio a los pacientes con vía aérea difícil anticipada.
Un estudio comparativo entre i-gel y ML Proseal, usando una técnica guiada con un tubo duodenal234, mostró que ambos dispositivos tenían una tasa de éxito al primer intento > 97 %. También se ha usado con éxito una sonda gástrica para insertar una ML Proseal en 3.000 pacientes obstétricas235. A pesar del beneficio aparente del uso de "bougie" y sondas para guiar la inserción de DSG de segunda generación, no es posible garantizar que la maniobra sea éxitosa193,221. La técnica requiere experiencia, puede producir trauma150, y no está incluida en el manual de instrucciones de uso de la ML Proseal236.
Inserción exitosa de dispositivos supraglóticos y
logro de oxigenación efectiva: "parar y pensar"
La confirmación de la ventilación se debe basar en el examen clínico y en
la capnografía. Si se ha logrado oxigenar al paciente a través de un DSG,
se recomienda que el equipo tratante detenga las maniobras y se tome el tiempo
para revisar y reflexionar acerca del curso de acción. En este momento hay
cuatro opciones a considerar: despertar al paciente, intentar una intubación
a través del DSG usando un fibroscopio, proceder con la cirugía usando el
DSG, o (menos frecuentemente) proceder con una traqueostomía o cricotirotomía.
La decisión estará influenciada por factores del paciente, la urgencia de la cirugía y las habilidades del operador, aunque el principio fundamental a seguir es mantener la oxigenación y minimizar el riesgo de aspiración.
Despertar al paciente
Si la cirugía no es urgente la opción más segura es despertar al paciente,
lo cual debe ser considerado en primer término. Esta opción requerirá la antagonización
completa del bloqueo neuromuscular. Si se ha usado rocuronio o vecuronio,
el agente antagonista de elección es el sugammadex. Si se ha usado otro relajante
no-depolarizante, se debe mantener la ventilación y el nivel de anestesia
hasta que el bloqueo pueda ser antagonizado adecuadamente.
En consecuencia, la cirugía deberá posponerse o podría reanudarse después de realizada una intubación vigil o bajo anestesia regional. Si la opción de despertar al paciente es inadecuada (ej. en un paciente crítico en la unidad de cuidados intensivos, en el servicio de urgencia, o cuando se deba realizar una cirugía para salvar la vida del paciente), se deberá considerar las otras alternativas.
Intubación a través de un dispositivo supraglótico
La intubación a través de un DSG sólo es apropiada si la situación clínica
es estable, la oxigenación es posible usando el DSG, y el anestesiólogo está
entrenado en la técnica. Un principio central del manejo seguro de la vía
aérea es limitar el número de intervenciones sobre ella; los intentos repetidos
de intubación a través de un DSG son inapropiados.
La intubación a través de una ML Fastrach (iLMA™; Teleflex Medical Ltd) fue incluida en las guías 2004. Aunque se ha reportado una tasa de éxito de 95,7% en una serie de 1.100 pacientes usando la técnica a ciegas, el porcentaje de éxito al primer intento es mayor usando una guía fibroscópica238,239, y se ha demostrado que una técnica guiada es adecuada para pacientes con vía aérea difícil240.
Adicionalmente, es importante destacar la potencialidad de resultados adversos severos con las técnicas de inserción a ciegas. De este modo, dado que la técnica a ciegas puede requerir intentos repetidos de inserción238 y con un bajo porcentaje de éxito al primer intento240,242 (aún con un DSG de segunda generación), se la considera como superflua.
La intubación dirigida por una guía fibroscópica ha sido descrita con una variedad de DSG, aunque puede ser técnicamente difícil244-248. Se ha reportado la intubación fibroscópica a través de una i-gel con una elevada tasa de éxito249,250. Aunque algunos DSG de segunda generación han sido diseñados para facilitar la intubación traqueal190,251,252, los datos relacionados con su eficacia son limitados.
Cuando la intubación guiada por un fibroscopio no ha sido posible, se ha descrito el uso de un catéter de intubación Aintree™ (CIA) (AIC; Cook Medical, Bloomington, USA) usado junto con el fibroscopio para facilitar la intubación guiada a través de un DSG248,253. La técnica está descrita en el sitio web de la DAS254. Las descripciones del uso del CIA incluyen una serie de 128 pacientes con un 93% de éxito usando una ML Clásica255.
En pacientes con laringoscopía grado 3 ó 4 de la clasificación de Cormack-Lehane, esta técnica ha reportado una tasa de éxito de 90,8%, incluyendo tres pacientes en los cuales la ventilación con máscara facial fue imposible. El uso del CIA también ha sido descrito usando la ML Proseal256.257 y la i-gel258. Su uso con ML Supreme también ha sido investigado259, pero no es confiable260 y no puede recomendarse261.
Proceder con la cirugía usando un dispositivo supraglótico
Esta es una opción de alto riesgo reservada para situaciones específicas o
de riesgo vital inmediato, y debe considerar la opinión de un anestesiólogo
experimentado. La vía aérea puede estar ya traumatizada por muchos intentos
infructuosos de intubación y su condición puede empeorar durante el transcurso
de la cirugía debido a desplazamiento del dispositivo, regurgitación de contenido
gástrico, edema de la vía aérea, o factores quirúrgicos. En estos casos, las
opciones de rescate son limitadas dado que la intubación traqueal ya ha fallado.
Aunque despertar al paciente luego de declarar fallida la intubación puede
ser una opción muy atractiva, la decisión es muy difícil de tomar especialmente
durante el manejo de una crisis241,262.
Proceder con una traqueostomía o cricotirotomía
Muy infrecuentemente, aún cuando sea posible ventilar al paciente con un DSG,
puede ser apropiado asegurar la vía aérea con una traqueostomía o cricotirotomía.
Plan C. Intento final de ventilación con máscara
facial
Si no ha sido posible lograr ventilar al paciente después de tres intentos
de inserción de un DSG, se debe proceder con el Plan C (Tabla
3). En esta situación se pueden dar varios escenarios posibles. Durante
los Planes A y B, se ha determinado si la ventilación con máscara facial es
fácil, difícil o imposible, pero la situación podría haber cambiado si los
intentos de intubación e inserción de un DSG han traumatizado la vía aérea.
Si la ventilación con máscara facial se obtiene una oxigenación adecuada, se debería despertar al paciente en todos los casos salvo algunas excepciones, lo cual requerirá la antagonización completa del bloqueo neuromuscular. Si no es posible mantener la oxigenación usando una máscara facial, asegurar que exista relajación neuromuscular completa antes de que se manifieste la hipoxia ofrece una instancia final para rescatar la vía aérea sin recurrir al Plan D.
Se ha usado el sugammadex para antagonizar el bloqueo neuromuscular durante la situación NPI-NPO, pero no es garantía de que se obtenga una vía aérea permeable y manejable34,263-266. El efecto anestésico residual, el trauma, el edema, o patología de la vía aérea superior preexistente, pueden todos contribuir a la obstrucción de la vía aérea33.
Plan D: Acceso cervical frontal de emergencia
La situación NPI-NPO se produce cuando han fallado todos los intentos por
manejar la vía aérea tanto mediante la ventilación con máscara facial, uso
de DSG e intubación traqueal (Tabla 4). Si esta situación
no se resuelve rápidamente, se producirá daño cerebral hipóxico y muerte.
La evidencia actualizada en esta área proviene tanto de entrenamiento basado en escenarios con maniquíes, cadáveres, "laboratorios húmedos", o de series de casos, típicamente de escenarios extrahospitalarios o del servicio de urgencias267-272. Infortunadamente, ninguno de ellos replica adecuadamente la situación que enfrenta el anestesiólogo durante una anestesia general en el quirófano.
El estudio NAP4 comenta sobre una cohorte de vías aéreas quirúrgicas de emergencia y cricotirotomías con cánula, realizadas después que otros métodos para asegurar la vía aérea han fracasado2. El reporte destaca algunos problemas, que incluyen la toma de decisiones (retraso en la realización de la cricotirotomía), falta de conocimiento (no saber cómo funciona el equipamiento disponible), falla del sistema (el equipamiento específico no está disponible), y fallas técnicas (fracaso en insertar la cánula en la vía aérea).
A raíz del estudio NAP4, la discusión se centró en la elección de la técnica y equipamiento usado para rescatar la vía aérea, aunque también se destacó la importancia de los factores humanos2,273-275. Se requiere que el equipo humano tenga un entrenamiento regular tanto en los elementos técnicos y no-técnicos para reforzar y retener las habilidades. El éxito depende de la toma de decisiones, la planificación, la preparación y de la adquisición de habilidades, todas las cuales se pueden desarrollar y ser reforzadas con la práctica repetida276,277.
El proceso cognitivo y las habilidades motoras se ven afectadas y empeoran bajo estrés. El uso de un plan simple para rescatar la vía aérea que incluya un equipamiento conocido y técnicas ensayadas, hace posible que mejore la posibilidad de un resultado exitoso. La evidencia actual indica que la técnica quirúrgica cumple mejor estos criterios2,269,273,278. La cricotirotomía puede hacerse con un bisturí (técnica quirúrgica) o con una cánula (técnica por punción). Los anestesiólogos deben aprender la técnica quirúrgica y deben tener entrenamiento regular para evitar perder la habilidad279.
Cricotirotomía con bisturí
La cricotirotomía con bisturí es el método más rápido y más confiable para
asegurar la vía aérea en la emergencia269,278,280. Un tubo con
balón de neumotaponamiento en la tráquea protege la vía aérea de la aspiración,
proporciona una vía permeable para la exhalación, permite el uso de ventilación
a baja presión con dispositivos ventilatorios estándar, y permite la monitorización
del CO2 espirado (ETCO2).
Se ha descrito una variedad de técnicas quirúrgicas, pero no hay evidencia concluyente de que alguna sea superior a la otra268,281-283. Todas las técnicas tienen algunas etapas en común: extensión del cuello, identificación de la membrana cricotiroidea, incisión de la piel y luego de la membrana cricotiroidea, e inserción de un tubo traqueal con balón. En algunas descripciones, la piel y la membrana cricotiroidea son incindidas secuencialmente; en otras, se recomienda una sola incisión. Muchas incluyen utilizar un dispositivo para mantener abierta la incisión hasta que el tubo haya sido insertado. Para esto existen "ganchos cricoideos", dilatadores traqueales, entre otros.
Se sugiere realizar una sola incisión en la membrana cricotiroidea en referencia la simplicidad, pero este abordaje puede fallar en pacientes obesos o si la anatomía es desfavorable. En estos casos se recomienda una incisión vertical sobre la piel. El abordaje incluido en estas guías es una modificación de las técnicas previamente descritas. El rescate de la vía aérea usando un abordaje cervical frontal no debe intentarse sin un bloqueo neuromuscular completo. Si ya se ha administrado sugammadex previamente, se debe utilizar otra droga distinta de rocuronio o vecuronio.
Se debe administrar oxígeno (100%) a través de la vía aérea superior, usando un DSG, una máscara facial con sello ajustado, o por insuflación nasal. Se recomienda el uso de la palpación manual de la laringe descrita por Levitan281 (Fig. 3) como primera etapa debido a que permite reconocer la anatomía tridimensional de las estructuras laríngeas; la jaula cartilaginosa cónica que incluyen al hueso hioides y los cartílagos tiroides y cricoides.
La palpación laríngea se realiza con la mano no-dominante, identificando el hioides y la lámina tiroidea, estabilizando la laringe entre los dedos pulgar y medio, y moviendo hacia abajo el cuello para palpar la membrana cricotiroidea con el dedo índice. La estandarización es útil en estas situaciones críticas, afortunadamente infrecuentes. Se recomienda adoptar la técnica que se describe a continuación. La posición del operador y la estabilización de las manos son importantes.
Equipamiento
1. Hoja de bisturí Nº 10; es esencial usar una hoja de bisturí ancha (del
mismo ancho que el tubo traqueal).
2. "Bougie" con extremo distal angulado.
3. Tubo traqueal con balón de neumotaponamiento, tamaño 6.0 mm.
Posicionamiento del paciente
La posición de olfateo usada para el manejo rutinario de la vía aérea no proporciona
condiciones óptimas para la cricotirotomía. En esta situación se requiere
extensión del cuello del paciente. En una emergencia, esto puede hacerse poniendo
una almohada por detrás de los hombros, bajando también el cabezal de la mesa
quirúrgica o empujando al paciente hacia la cabecera, de modo que la cabeza
cuelgue por sobre el borde de la mesa.
Membrana cricotiroidea palpable: técnica con bisturí
(Fig. 4; "estabilizar, rotar, bougie, tubo")
1. Un asistente continúa con los intentos de reoxigenación a través de la
vía aérea superior.
2. El operador diestro (mano derecha dominante) se sitúa a la izquierda del
paciente. Lo contrario si es zurdo (mano izquierda dominante).
3. Realizar la palpación de la laringe, usando la mano izquierda (diestro)
o derecha (zurdo), para identificar la anatomía laríngea.
4. Estabilizar la laringe con la mano que palpa.
5. Utilizar el dedo índice de la mano que palpa para identificar la membrana
cricotiroidea.
6. Sostener el bisturí con la mano dominante y realiza una incisión transversa
sobre la piel y la membrana cricotiroidea, con el lado cortante del bisturí
dirigido hacia el operador.
7. Mantener el bisturí perpendicular a la piel y girarlo en 90º de modo que
el lado cortante quede orientado hacia caudal (hacia los pies del paciente).
8. Cambiar de manos; tomar el bisturí con la mano no-dominante.
9. Mantener una tracción suave del bisturí hacia el operador (lateralmente)
con la mano no-dominante, manteniéndolo vertical con respecto a la piel (no
inclinado).
10. Tomar el "bougie" con la mano dominante.
11. Mantener el "bougie" paralelo al piso, en un ángulo recto con
respecto a la tráquea, y deslizar la punta acodada por el costado del bisturí
hacia el lumen de la tráquea.
12. Rotar y alinear el "bougie" con la tráquea del paciente y avanzarlo
suavemente hasta 10 - 15 cm.
13. Retirar el bisturí.
14. Estabilizar la tráquea y tensionar la piel con la mano izquierda.
15. Enhebrar un tubo traqueal con balón tamaño 6.0, lubricado en su lumen,
a lo largo del "bougie".
16. Rotar el tubo a lo largo del "bougie" mientras lo avanza. Evitar
una introducción excesiva que produzca una intubación monobronquial.
17. Retirar el "bougie".
18. Inflar el balón del tubo y confirmar la ventilación con capnografía.
19. Asegurar el tubo.
Si esta técnica fracasa, se debe proceder con la técnica "bisturí-dedo-bougie”.
Membrana cricotiroidea impalpable: técnica "bisturí-dedo-bougie"
Esta técnica está indicada frente al fracaso de la técnica con bisturí y cuando
la membrana cricotiroidea sea impalpable o también cuando otras técnicas han
fracasado.
Equipamiento, paciente, y posición del operador son
las mismas que para la técnica del bisturí (Fig. 5)
1. Continuar con los intentos de rescatar la oxigenación por la vía aérea
superior (asistente).
2. Intentar identificar la anatomía laríngea usando la técnica de palpación
de la laringe.
3. Si se dispone de un ecógrafo que esté encendido, puede ayudar a identificar
la línea media y los grandes vasos del cuello.
4. Tensionar la piel usando la mano no-dominante.
5. Hacer una incisión vertical de 8 - 10 cm en la línea media, yendo de caudal
a cefálico.
6. Usar disección roma con los dedos de ambas manos para separar los tejidos
e identificar y estabilizar la laringe con la mano no-dominante.
7. Proceder con la técnica del bisturí, descrita anteriormente.
Técnicas con cánula
Cánulas de diámetro pequeño (< 4 mm)
En las guías 2004 se incluyeron las técnicas con cánula, las cuales fueron
recomendadas por varias razones, incluyendo el hecho de que los anestesiólogos
están más acostumbrados a manejar cánulas que escalpelos. Se ha argumentado
que la reticencia a usar un bisturí puede retardar la decisión y que la expectativa
de usar una cánula puede facilitar una intervención precoz268.
Aunque las técnicas con cánula pequeña son efectivas en situaciones electivas, se han descrito algunas limitaciones2,284,285. Sólo es posible ventilar usando dispositivos de alta presión, lo cual se asocia a un alto riesgo de barotrauma2,268,286. El fracaso en su uso debido a acodamiento, mal posición o desplazamiento pueden producirse incluso con cánulas especialmente diseñadas, tales como las de Ravussin™ (VBM, Sulz, Germany)2,268. Además, los dispositivos de alta presión pueden no estar disponibles en todas partes, y la mayoría de los anestesiólogos no los usan regularmente. Su utilización en las situaciones NPI-NPO debe limitarse a operadores experimentados que las usan en su práctica clínica rutinaria.
La experiencia derivada del entrenamiento usando escenarios de alta fidelidad con modelos animales vivos (laboratorios húmedos) sugieren que es posible mejorar el desempeño con estos dispositivos utilizando técnicas de docencia didáctica de protocolos de rescate287. Los laboratorios húmedos de alta fidelidad son técnicas únicas, pues proporcionan un modelo que sangra, genera un estrés en tiempo real en el operador, y es posible definir objetivos absolutos (ETCO2 o paro cardíaco hipóxico) para delinear éxito o fracaso.
Después de observar a más de 10.000 clínicos realizando accesos infraglóticos en ovejas anestesiadas268,288, Heard recomienda un procedimiento estándar con la cánula Insyte™ 14G (Becton, Dickinson and Company), con oxigenación de rescate utilizando un insuflador especialmente diseñado con una pieza en "Y" que tiene una rama de escape amplia (Rapid-O2™ Meditech Systems Ltd, UK). Esta técnica es complementada luego con la inserción de un tubo traqueal con balón usando el equipo de Melker® con guía metálica. Con el objeto de apoyar esta metodología y promover el entrenamiento estandarizado, se han diseñado algoritmos, programas docentes estructurados y una serie de videos287. Se requiere de nueva evidencia de la eficacia de esta técnica en humanos antes de que pueda recomendarse su uso y adopción amplios.
Cánula ancha sobre una guía
Algunos equipos de cánulas anchas, como el set de cricotirotomía de emergencia
de Cook Melker®, usan una técnica guiada (Seldinger)289. Este abordaje
es menos invasivo que la cricotirotomía quirúrgica y evita la necesidad de
un equipo especial para ventilación. Las habilidades necesarias son familiares
para los anestesiólogos e intensivistas debido a que son similares a las utilizadas
para la inserción de un catéter venoso central y de una traqueostomía percutánea.
Aunque la técnica guíada puede ser una alternativa razonable para los anestesiólogos
acostumbrados a este método, la evidencia sugiere que la cricotirotomía quirúrgica
es más rápida y confiable288.
Cánula ancha no-Seldinger
Existen diversos dispositivos que usan el método "cánula sobre trócar"
(no-Seldinger) para el rescate de la vía aérea. Aunque se ha reportado su
uso exitoso en la situación NPI-NPO, no hay estudios importantes sobre el
uso de estos dispositivos en la práctica clínica275. La diversidad
existente entre los diferentes dispositivos comercialmente disponibles también
representa un problema debido a que la familiaridad con un equipo que no está
universalmente disponible dificulta la estandarización del entrenamiento.
El rol del ultrasonido
Es una buena práctica intentar identificar la tráquea y la membrana cricotiroidea
durante la evaluación preoperatoria273. Si esto no es posible usando
solamente la inspección y la palpación, la alternativa es utilizar la ultrasonografía171,290.
Sin embargo, su rol en situaciones de urgencia es limitado. Si el equipo está
inmediatamente al alcance y está encendido puede ayudar a identificar los
puntos de reparo, pero su uso no debe retrasar el acceso a la vía aérea171,291,292.
La evaluación de la vía aérea usando ultrasonido es una habilidad valiosa
para los anestesiólogos, por lo que se recomienda estar entrenado en su uso273,293.
Manejo postoperatorio y seguimiento
Es recomendable discutir las dificultades con el manejo de la vía aérea y
sus implicancias con el manejo postoperatorio al final de la cirugía, durante
la sección de registro final de la lista de chequeo de la OMS294.
Adicionalmente a la entrega verbal del paciente, se debe documentar un plan
para el manejo de la vía aérea en esta etapa. Muchas guías sobre vía aérea
y grupos interesados en la vía aérea169,295,296 (incluyendo las
Guías de Extubación y Obstetricia de la DAS4,5) recomiendan que
los pacientes deben ser sometidos a un seguimiento por el anestesiólogo con
el objeto de documentar y comunicar las dificultades con la vía aérea.
Debido a que existe una estrecha relación entre intubación difícil y trauma sobre la vía aérea297,298, el seguimiento del paciente permite pesquisar las complicaciones y tratarlas. Cualquier instrumentación sobre la vía aérea puede producir trauma o generar efectos adversos, incluyendo la intubación con videolaringoscopios163,166, DSG de segunda generación192,193,195 y la intubación fibroscópica299. Los reportes cerrados de casos de la American Society of Anesthesiologists (ASA) sugiere que son la faringe y el esófago las zonas más comúnmente dañadas durante una intubación difícil298.
Las lesiones faríngeas y esofágicas son difíciles de diagnosticar, las cuales se asocian con neumotórax, neumomediastino y enfisema quirúrgico sólo en el 50% de los pacientes5. La mediastinitis secundaria a perforación de la vía aérea tiene una mortalidad elevada, por lo que los pacientes deben ser observados cuidadosamente en busca de la tríada de dolor (dolor severo de garganta, dolor cervical profundo, dolor torácico, disfagia, deglución dolorosa), fiebre y crépitos297,300. Estos pacientes deben ser seguidos en búsqueda de síntomas tardíos de trauma sobre la vía aérea.
A pesar de estas recomendaciones, a menudo la comunicación es inadecuada301-304. El Formulario de Alerta de Vía Aérea Difícil de la DAS es una planilla para documentación y comunicación305. El deseo de proporcionar información clínica detallada debe balancearse con la necesidad de mantener una comunicación efectiva. En la actualidad, no existe una base de datos sobre vía aérea difícil con alcance en todo el RU, aunque se han propuesto algunos sistemas nacionales como la "Medic Alert"306 para pacientes con “intubaciones dificultosas”, a la que es posible acceder307.
La codificación es el método más efectivo de comunicar información importante a médicos generales; el código para "intubación difícil" es el Código Read SP2y3303,308, el que debe ser registrado en la epicrisis del paciente. Los códigos Read en el RU serán remplazados alrededor del año 2020 por el "SNOMED CT" internacional (del inglés "Systematized Nomenclature of Medicine - Clinical Terms", que significa "Nomenclatura Sistematizada de Medicina - Términos Clínicos"). Cada intubación fallida, acceso cervical anterior o ingreso no-planificado relacionado con la vía aérea, debe ser revisado por los expertos en vía aérea locales y debe ser discutido en los comités de morbimortalidad.
Discusión
Las complicaciones con el manejo de la vía aérea son infrecuentes. El proyecto
NAP4 estimó que el manejo de la vía aérea derivó en 1 complicación severa
por cada 22.000 anestesias generales, con resultado de muerte o daño cerebral
en 1:150.000. Por lo tan infrecuente de su incidencia, no es posible estudiar
estos eventos en estudios prospectivos, por lo que la única información apreciable
proviene del análisis detallado de eventos adversos2,241,262.
Existen guías para el manejo de emergencias complejas en otras áreas de la práctica clínica, entre las que destacan las guías para la reanimación cardiopulmonar. Los planes de manejo estandarizados son directamente transferibles de un hospital a otro, por lo que es menos probable que sus integrantes se enfrenten con técnicas que no les son conocidas durante el transcurso de una emergencia. Estas guías están dirigidas a los anestesiólogos que poseen una diversidad de habilidades en el manejo de la vía aérea, y no a expertos en vía aérea. Algunos anestesiólogos pueden tener áreas particulares de pericia, las cuales pueden ser dirigidas a suplementar las técnicas descritas.
Estas guías están dirigidas a la vía aérea difícil no-anticipada, durante el desarrollo de las cuales puede no haber un cirujano inmediatamente disponible, por lo que todos los anestesiólogos deben ser capaces de realizar una cricotirotomía. Hay algunas situaciones en las cuales estas guías pueden seguirse en general, ya sea en el manejo de pacientes con antecedente o sospecha de vía aérea difícil. En estos casos, un cirujano en posesión del equipamiento adecuado debe estar disponible para realizar una vía aérea quirúrgica en lugar del anestesiólogo.
Las complicaciones relacionadas con el manejo de la vía aérea no se limitan a situaciones en las que el plan principal haya sido la intubación traqueal. Un 25% de los incidentes reportados por el estudio NAP4 comenzaron con la intención de manejar la vía aérea usando un DSG. Aunque los principios y técnicas clave descritas en estas guías son aplicables en esta situación, es posible que en el momento en el que se reconozca la dificultad, el paciente no esté bien oxigenado y tampoco bien posicionado.
Estas guías han sido creadas para la "dificultad no-anticipada" durante el manejo de la vía aérea, y es importante que cualquiera sea el plan principal, se haya hecho un intento genuino de identificar posibles dificultades con los llamados Planes A, B, C y D. La evaluación de la apertura oral, la movilidad del cuello, y la localización de la membrana cricotiroidea antes de la cirugía ayudarán a determinar aquellas técnicas de rescate que posiblemente no serán exitosas.
Existen ensayos controlados aleatorios y metanálisis que respaldan el uso de algunos dispositivos y técnicas197-200, pero para otros no hay evidencia de alto grado disponibles y las recomendaciones se basan necesariamente en el consenso de expertos8. En este manuscrito no se ha enlistado las técnicas individuales según su nivel de evidencia, aunque otros grupos han tomado este enfoque309.
La implementación de las guías no quita la necesidad de que exista una planificación a nivel local. Se ha estudiado el entrenamiento requerido para desarrollar y mantener las habilidades técnicas en relación a varios aspectos del manejo de la vía aérea, incluyendo la videolaringoscopía y la cricotirotomía109,276,310-313. Para alcanzar y mantener la competencia con dispositivos tales como los videolaringoscopios y los DSG de segunda generación, y con drogas como el sugammadex, deben estar disponibles para su uso regular y con la posibilidad de entrenamiento local en su uso.
En el futuro, nuevos dispositivos continuarán desarrollándose e introduciéndose en la práctica clínica; su lugar en estas guías deberá ser evaluado. Aún cuando ningún dispositivo o técnica brinda un beneficio claro por sí solo, limitar las alternativas simplifica el entrenamiento y la toma de decisiones. En el área del rescate de la vía aérea usando técnicas de acceso cervical frontal, la opinión de miembros de la DAS y de expertos internacionales sugiere que existe la necesidad de unificar la respuesta de los anestesiólogos enfrentados a la situación NPI-NPO y recomiendan una sola estrategia.
Mientras los anestesiólogos del RU deben revalidar cada 5 años y su acreditación en el manejo avanzado de la vía aérea en la matriz CPD314 del Colegio Real de Anestesistas (2A01), actualmente no hay ninguna recomendación específica para el entrenamiento y reentrenamiento en cricotirotomía. Localmente, se debe hacer un esfuerzo para asegurar que todos aquellos involucrados en el manejo de la vía aérea estén entrenados y familiarizados con la técnica.
Estas guías recomiendan la adopción de la cricotirotomía con bisturí como la técnica que debe ser aprendida por todos los anestesiólogos. Se seleccionó esta técnica porque puede ser realizada usando equipamiento que está disponible en casi cualquier lugar donde se administre anestesia, y porque la inserción de un tubo amplio con balón protege contra la aspiración, es una vía expedita para la espiración y permite monitorizar el ETCO2.
Sin embargo, existen otras técnicas válidas para el acceso cervical frontal que deben mantenerse en algunos hospitales en los que se disponga de equipamiento adicional y programas de entrenamiento completos. Es pertinente que la comunidad anestesiológica se asegure de que la información de todas las técnicas cervicales frontales se unifique y se usen para informar cambios cuando estas guías se actualicen.
Agradecimientos
Agradecemos a Christopher Acott (Australia), Takashi Asai (Japan), Paul Baker
(New Zealand), David Ball (UK), Elizabeth Behringer (USA), Timothy Cook (UK),
Richard Cooper (Canada), Valerie Cunningham (UK), James Dinsmore (UK), Robert
Greif (Switzerland), Peter Groom (UK), Ankie Hamaekers (The Netherlands),
Andrew Heard (Australia), Thomas Heidegger (Switzerland), Andrew Higgs (UK),
Eric Hodgson (South Africa), Fiona Kelly (UK), Michael Seltz Kristensen (Denmark),
David Lacquiere (UK), Richard Levitan (USA), Eamon McCoy (UK), Barry McGuire
(UK), Sudheer Medakkar (UK), Mary Mushambi (UK), Jaideep Pandit (UK), Bhavesh
Patel (UK), Adrian Pearce (UK), Jairaj Rangasami (UK), Jim Roberts (UK), Massimiliano
Sorbello (Italy), Mark Stacey (UK), Anthony Turley (UK), Matthew Turner (UK),
and Nicholas Wharton (UK) for reviewing and commenting on early drafts of
the paper. Agradecemos a Mansukh Popat por su apoyo al grupo durante su formación,
por revisar los resúmenes, y por contribuir al bosquejo inicial del Plan A.
Agradecemos a Christopher Thompson por revisar los primeros bosquejos del
artículo y por generar las ilustraciones del Plan D. Agradecemos a Anna Brown,
Mark Bennett, Sue Booth, Andy Doyle, Rebecca Gowee, Julie Kenny, and Maria
Niven, bibliotecarias del University Hospital Coventry & Warwickshire
NHS Trust, por su ayuda con la revisión de la literatura y por la obtención
de los artículos de texto completo.
Declaración de intereses
C.F. ha recibido financiamiento para gastos de viajes de Intavent para dar
charlas en un aconferencia y de Teleflex para asistir a un encuentro de consejo
con relación al desarrollo de un producto (sin honorarios pagados). V.S.M.
ha recibido equipamiento y apoyo logístico para realizar talleres de vía aérea
de Accutronic, Airtraq, AMBU, Cook, Fisher & Paykel, Intersurgical, Karl
Storz, Laerdal, McGrath videoaryngoscopes, Olympus, Pentax, Smiths Medical,
Teleflex, and VBM. A.F.M. ha recibido un honorario no-restringido para confernciar
de AMBU para discutir la intubación fibroscópica en septiembre de 2011. A.F.M.
ha recibido productos en prueba de AMBU para uso clínico y evaluación (AMBU
Auragain February/March 2014). A.F.M. was loaned three McGrath MAC videolaryngoscopes
for departmental use by Aircraft Medical. A.F.M. se le ha prestado ocho unidades
humidificadoras optiflow para uso en los hospitales NHS Lothian y ha sido
financiado para asistencia en un estudio THRIVE y reunión de desarrollo (acomodación
de hotel por dos noches) por Fisher & Paykel. A. F.M. se le ha prestado
equipamiento para talleres por Accutronic, Aircraft Medical, AMBU, Cook, Fannin,
Freelance, Storz, and Teleflex Medical. A.F.M. ha participado como consejero
para NICE Medical Technology Evaluation Programme (no pagado) para el AMBU
A2scope. C.M. ha recibido equipamiento para realizar talleres de Karl- Storz,
AMBU, Fannin UK, Freelance Surgical and Verathon. R.B. se le ha prestado equipamiento
para uso en Departamento y talleres por AMBU, Cook, Fisher & Paykel, Karl
Storz and Teleflex. A.P. ha recibido financiamiento para viajes y acomodaciones
para dar conferencias por LaryngealMask Company, VennerMedical, y Fisher&Paykel
y ha trabajado con estas compañías, actuando como consultor de desarrollo
de procudto con apoyo de financiamiento de investigación. E.P.O.’ es miembro
del Comité Editorial de British Journal of Anaesthesia. Ella actúa como consultora
de AMBU (no pagado). El Departamento de N.M.W. ha recibido equipamiento de
Olympus/Keymed para propósitos de docencia. I.A. ha recibido financiamiento
de viajes para conferencias nacionales e internacionales por Fisher &
Paykel.
Financiamiento
The Difficult Airway Society; The Royal College of Anaesthetists.
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El autor de la presente versión en Español, Dr. Ricardo Urtubia
V., Msc, miembro de la DAS Nº F0022 desde 2003, declara:
…mediante la presente declaro que yo soy el autor de la versión en Español
del artículo originalmente escrito en Inglés titulado “Difficult Airway Society
2015 guidelines for management of unnanticipated difficult intubation in adults”,
de los autores Frerk C, Mitchell VS, McNarry AF, Mendonca C, Bhagrath R, Patel
A, O’Sullivan EP, Woodall NM, Ahmad I, Difficult Airway Society guidelines
working group, publicado en la revista British Journal of Anaesthesia 2015;
115(6): 827 – 848.
Esta versión me fue encargada por el Dr. Barry McGuire, Secretario Honorario
de la Difficult Airway Society (DAS) a comienzos de 2016, siendo yo miembro
de la DAS desde 2003 (Nº de membresía F0022), y con motivo de una misión académica
del Dr. Jamie Keough en Bolivia ese mismo año.
Siendo este documento tan importante, tanto por su contenido académico como
por las recomendaciones que se formulan, propuse al Dr. McGuire la idea de
publicar estas guías en idioma Español para su difusión entre miles de colegas
de habla hispana que no leen en inglés.
Es de mi total voluntad y consentimiento que se publiquen en la Revista Cubana
de Medicina Intensiva y Emergencias …
Realizado 31 de enero de 2018
Correspondencia:
ricardo.urtubia@gmail.com
Recibido: 18 de enero de 2018
Aprobado: 30 de enero de 2018
Publicado: Vol. 17, suplemento. 1(2018)
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