Caracterización de algunas variables relacionadas con el infarto agudo del miocardio en Tinaco, Cojedes, República Bolivariana de Venezuela.

Revista Cubana de Medicina Intensiva y Emergencia 2014;13(1)

CARTA AL EDITOR

 

AL RESCATE DE “UN MORIR” MÁS HUMANIZADO

FOR RESCUES A MORE HUMANITARIAN DEATH

 

MSc. Dr. Orlando Valdés Suárez.1

 

1 Especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva y de Emergencias. Especialista de Primer Grado en Medicina Interna y Medicina General Integral. Máster en Ciencias en Urgencias Médicas. Profesor Asistente.

Unidad de Cuidados Intensivos Polivalentes. Hospital General Docente Iván Portuondo. San Antonio de los Baños. Artemisa.


Estimado Editor:

La muerte como fase terminal y parte de la vida misma, como resultado del envejecimiento y deterioro progresivo orgánico y funcional, como resultado del daño producido por diversas enfermedades agudas o crónicas, cuya historia natural termina en la muerte a corto, mediano o largo plazo, se ha modificado por los recursos que proporciona el avance científico y tecnológico, los que muchas veces lo único que hacen es modificar la forma y el tiempo de morir.1 Las Unidades de Cuidados Intensivos constituyen las áreas de mayor empleo de la tecnología aplicada a la medicina con el riesgo que cada día se deshumaniza la atención a los pacientes que en ellas se admiten. La muerte es un proceso en extremo complejo. Para los profesionales de la salud quizás hablamos de la muerte clínica, encefálica, celular, apoptosis, sin embargo esto no es suficiente ya que existe una visión mucha más profunda que comprende aspectos bioéticos, psicosociales, sociales, económicos, morales, religiosos, entre otros.

Definitivamente la muerte es un proceso no bien entendido por los seres humanos. Nosotros, los profesionales que laboramos en las áreas de pacientes críticos, asistimos con bastante frecuencia el proceso final en la vida de nuestros pacientes, o sea, la muerte o mejor deberíamos hablar “del morir”. Para la adecuada interpretación de las actitudes y reacciones ante la muerte de los enfermos, familiares, amigos y de los propios profesionales de la salud, para la toma de decisiones ante los dilemas que plantea la muerte y el moribundo, es necesario tomar como marco de referencia los preceptos de la bioética, o sea, el derecho a tener una muerte digna basado en los principios bioéticos de autonomía, justicia, beneficencia y no maleficencia. 2,3

La muerte y el morir ha pasado de ser un evento natural, aceptado desde el punto de vista social, familiar y religioso, el que generalmente ocurría en el seno de la familia, con la solidaridad de sus integrantes, con el enfermo rodeado de los cuidados y afecto de los seres queridos, a un evento tecnificado que cada vez con más frecuencia ocurre en los hospitales, en los cuales el paciente es sometido a los más diversos procedimientos diagnósticos y terapéuticos, por tanto podemos decir que la muerte se ha medicalizado. La mayor de las veces, los enfermos se encuentran aislados, en un ambiente frío, rodeados de personas extrañas y sofisticados aparatos, que en lugar de seguridad le producen miedo, incertidumbre y angustia. 4

La cultura de la muerte ha cambiado, es necesario mantener el equilibrio entre la atención de los enfermos con los recursos que la ciencia y la tecnología pone a nuestro alcance, con el humanismo que debe caracterizar a nuestra profesión.5 La comunicación con los enfermos en la fase final de su vida se ha perdido, el acceso de familiares y amigos a las salas de Cuidados Intensivos se ha limitado tanto que conduce al distanciamiento y aislamiento de sus seres más queridos, cuando precisamente más cercanos están de no verlos más. ¿Tenemos el derecho de hacer el morir tan distanciado y deshumanizado? ¿Es lo que para nosotros quisiéramos? Evidentemente la respuesta es NO, por tanto hagamos del morir en nuestros pacientes en proceso digno.

 

Referencias Bibliográficas:

  1. Di Caprio L, Di Palma A. La medicina y la muerte. Medicina y Ética 1999; 10:383.
  2. Tarasco MM.Tendencias y corrientes filosóficas en bioética Medicina y Ética 1994; 5:335.
  3. Engelhardt TH. Los fundamentos de la bioética. Ed. Paidós. Barcelona 1995; 49:101.
  4. Campillo SC. La angustia vital. Gac Med Mex 1994; 130:162.
  5. Velazco-Suarez M. Bioética y humanización de las ciencias médicas. Gac Med Mex 1993; 129:403.

 

 

Recibido: 19 de octubre de 2013
Aprobado: 26 de octubre de 2013

 

Orlando Valdés Suárez. Unidad de Cuidados Intensivos Polivalentes. Hospital General Docente Iván Portuondo. San Antonio de los Baños. Artemisa. Dirección electrónica: orlandovaldes@infomed.sld.cu

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